Cada persona tiene una base sutil, una presencia espiritual, que en última instancia representa nuestro verdadero yo. No hay ser vivo que no tenga alma. El alma también representa, entre otras cosas, nuestra estructura energéticamente ligera y de alta vibración, y es responsable de que los seres humanos tengamos un buen núcleo y podamos realizar acciones positivas, cálidas y luminosas. Si alguien hace una buena acción, logra algo con una intención amorosa, entonces esa acción siempre puede rastrearse hasta su propia mente mental. En este contexto, los humanos también constan de estados energéticos o campos sutiles en su interior. En este sentido, la materia es sólo energía condensada; también se podría hablar de una proyección mental/inmaterial de la propia conciencia.
El peso de tu propia base sutil
A este respecto, una gran variedad de filósofos se han preguntado si la propia alma podría tener peso. Varios científicos han investigado esta cuestión. En última instancia, el objetivo era descubrir si la propia alma, la propia radiación energética (aura), se podía medir en términos de peso. Al respecto, el médico químico y científico natural Dr. Klaus Volkamer llevó a cabo una prueba con varios sujetos de prueba en la que monitoreaba/mediba continuamente el peso de los sujetos de prueba mientras dormían. Al hacerlo, llegó a conclusiones innovadoras. Como regla general, los sujetos de prueba perdieron entre 10 y 20 gramos de peso, valor que se registró en las personas que dormían después de un cierto período de tiempo. Esta pérdida de peso se debe a una pérdida de líquido, líquido que se ha liberado a través de nuestra piel o a través de la respiración. Sin embargo, para algunas personas ocurrió un fenómeno fascinante. Algunos de los sujetos de prueba perdieron sistemáticamente hasta 600 gramos mientras dormían durante un período de tiempo más largo y, en el momento en que se despertaron, el peso, es decir, los 600 gramos, volvió inmediatamente.
El viaje astral podría ser el resultado de una pérdida repentina de peso..!!
En última instancia, este fenómeno se debe a una disminución constante de los propios campos energéticos. Posiblemente también en tu propia alma o incluso en tu propio espíritu, que abandona el cuerpo durante el sueño o el viaje astral y regresa repentinamente al despertar. Por otro lado, esto también podría deberse a un aumento repentino y rápido de la base energética, que recupera plena presencia al despertar.