Hay una variedad de formas a través de las cuales podemos entrenar y fortalecer no sólo nuestro propio cuerpo, sino también nuestra mente. Exactamente de la misma manera, tenemos la capacidad de estimular completamente los procesos de autocuración en nuestro propio entorno celular, es decir, podemos iniciar innumerables procesos regenerativos en nuestro organismo mediante acciones específicas. La principal manera de lograrlo es cambiando la imagen que tenemos de nosotros mismos. mejorar. Cuanto más armoniosa sea nuestra imagen de nosotros mismos, mejor será la influencia que nuestra mente tendrá sobre nuestras propias células. Además, una autoimagen más positiva garantiza que atraigamos circunstancias mejores o más satisfactorias en el exterior, porque se nos da la circunstancia de frecuencia que corresponde a nuestro estado de frecuencia. Una forma de aumentar drásticamente nuestra frecuencia es utilizar el poder curativo del frío.
El poder curativo del frío
En este contexto, es importante entender que tanto el calor como el frío tienen un beneficio especial para nosotros y ambas condiciones, a su manera, pueden traer curación o regeneración a nuestro propio organismo. Sin embargo, este artículo trata sobre el frío, porque si lo utilizamos específicamente, se puede liberar un potencial curativo increíblemente poderoso. En este sentido, desde hace tiempo se utilizan diversas terapias de frío para mejorar todas las funciones del cuerpo y, sobre todo, fortalecer la propia mente. Este poder del frío ya lo podemos percibir cuando damos un paseo por la naturaleza en invierno. El viento frío en el rostro y el cuerpo tonifica, nos despierta por dentro y refresca nuestro espíritu. Por otro lado, respirar aire fresco despierta todo nuestro cuerpo. El aire se siente entonces más limpio, más fresco, más vivo y más natural. Debido a las bajas temperaturas, incluso se ha demostrado científicamente que el aire frío, debido a su mayor densidad, transporta significativamente más oxígeno o moléculas. Gracias a esto, el aire frío puede transportar mucha más energía y, por tanto, resulta más animado. Y, independientemente de esto, las energías contraídas, concentradas y tranquilas del frío también aseguran que el aire esté naturalmente energizado. Por otro lado, el frío garantiza que se pueda reducir enormemente el estrés en el cuerpo. Y especialmente en una época en la que estamos constantemente expuestos al estrés puro causado por el electrosmog y similares, un factor de reducción del estrés de este tipo puede ser una verdadera bendición.
Baños de hielo y duchas frías.
Para beneficiarse directamente de los efectos especiales del frío, existe una de las opciones más potentes de todas: el uso de baños helados o duchas heladas. Es cierto que la primera idea de un baño de hielo o una ducha fría es extremadamente intimidante, pero su implementación requiere pura fuerza de voluntad y autoconquista. Al principio es una experiencia extremadamente desagradable. Sin embargo, los efectos estimulantes son fenomenales y no sólo a corto plazo, sino también a largo plazo. Una ducha helada, por ejemplo, nos hace sentir extremadamente despiertos, vigorizados y recargados después. Todo el cuerpo se activa y nuestra mente queda entonces completamente despierta. Parece que no hay manera de llevarnos al 100% tan rápido como una ducha fría. Además, también tenemos que afrontar una experiencia muy desagradable durante el día, lo que nos facilita ponernos de humor para afrontar tareas difíciles. Sin embargo, el arte consiste en practicar un baño de hielo o incluso una ducha helada durante un largo período de tiempo, es decir, el tiempo suficiente para que esta acción se convierta en una rutina o más bien en un programa fijo en nuestro propio subconsciente.
Los efectos especiales en el cuerpo y la mente.
Cuando podemos hacer eso, es cuando ocurre la verdadera magia. De esta manera, el cuerpo y la mente se fortalecen enormemente. A nivel físico, por ejemplo, el nivel de estrés general disminuye con el tiempo. Se liberan menos hormonas del estrés y nuestro cuerpo se calma más rápidamente. Además, nuestros niveles hormonales alcanzan el equilibrio. Los estudios también han descubierto que las duchas frías diarias por sí solas pueden hacer que los niveles de testosterona de los hombres aumenten drásticamente después de unas pocas semanas. También puedes soportar mucho mejor el frío y es menos probable que te congeles en ambientes fríos. En general, el bienestar simplemente aumenta y se hace evidente una sensación más clara. Y por último, pero no menos importante, surge una de las circunstancias importantes porque al enfrentar cada día estos fríos desafíos, nos sentimos orgullosos de nosotros mismos y felices de haber superado esta circunstancia una y otra vez. Como resultado, se crea una imagen mucho más plena de nosotros mismos y solo a través de esto creamos una realidad mucho más plena, porque cuanto mejor sea nuestra actitud ante la vida, mejores serán las circunstancias, que a su vez dejamos aparecer. Teniendo esto en cuenta, mantente saludable, feliz y vive una vida en armonía. 🙂