Las creencias suelen ser creencias y puntos de vista internos que asumimos que forman parte de nuestra realidad o de una supuesta realidad general. Estas creencias internas a menudo determinan nuestra vida cotidiana y, en este contexto, limitan el poder de nuestra propia mente. Existe una gran variedad de creencias negativas que nublan continuamente nuestro propio estado de conciencia. Las creencias internas que en cierto modo nos paralizan, nos incapacitan para actuar y, al mismo tiempo, dirigen el curso posterior de nuestra propia vida en una dirección negativa. En este sentido, es importante comprender que nuestras propias creencias se manifiestan en nuestra propia realidad y tienen efectos drásticos en nuestras vidas. En la tercera parte de esta serie (parte uno – parte II) Me ocuparé de un sistema de creencias muy específico. Una creencia que está presente en el subconsciente de muchas personas.
Otros son mejores que yo – una falacia
Muchas personas suelen estar internamente convencidas de que son peores o menos importantes que otras personas. Esta falacia o creencia autoimpuesta acompaña a muchas personas a lo largo de su vida y bloquea el desarrollo de su propia fuerza, el desarrollo del poder de su propio estado de conciencia. Instintivamente asumimos que los demás son mejores que nosotros, estamos convencidos de que otras personas tienen más capacidades, tienen una vida mejor o son más inteligentes que nosotros, pero este pensamiento no nos deja ir y nos impide crear activamente una vida que corresponde a nuestras propias ideas, una vida en la que no socavamos nuestras propias capacidades creativas y somos conscientes de que ninguna persona es mejor o peor que nosotros mismos. Al final, eso es lo que parece Ninguna vida es más valiosa o menos importante que tu propia vida, por el contrario, cada vida es igualmente valiosa y única, aunque muchas veces no lo reconozcamos o no queramos admitirlo. Exactamente ningún ser humano es más inteligente o más estúpido que tú, ¿por qué debería ser así? En última instancia, muchas personas confían en su cociente intelectual cuando se trata de esto.
Con estricto respeto por nuestra propia expresión creativa individual, todos somos iguales en esencia, todos somos seres espirituales que usamos nuestra conciencia para crear una vida propia..!!
Pero, sinceramente, ¿por qué deberías tú, sí TÚ, que estás leyendo este artículo, ser más inteligente o más tonto que yo, por qué tus habilidades creativas deberían estar menos desarrolladas/utilizables que las mías, por qué tu capacidad para analizar la vida debería ser peor que la mía? Todos tenemos un cuerpo físico, un cerebro, 2 ojos, 2 oídos, tenemos un cuerpo intangible, tenemos nuestra propia conciencia, nuestros propios pensamientos y creamos nuestra propia vida usando nuestra propia imaginación.
El poder de tu estado de conciencia
En este contexto, cada persona tiene el maravilloso don de cuestionar la vida y remodelarla constantemente. En este sentido, el coeficiente intelectual dice poco sobre la propia comprensión de la vida, ya que se limita únicamente al propio rendimiento intelectual, que a su vez depende del estado actual de conciencia, que a su vez puede cambiarse en cualquier momento (por supuesto, hay Hay excepciones, por ejemplo una persona con discapacidad mental, pero él confirma la regla). Aparte de eso, también está el EQ, el cociente emocional. Esto a su vez se relaciona con el propio desarrollo moral, la propia madurez emocional, el propio estado mental y la capacidad de ver la vida desde una perspectiva espiritual. Pero este cociente no es algo con lo que nacemos y que pueda cambiarse. Por ejemplo, una persona que actúa principalmente por motivos egoístas, persigue intenciones maliciosas, es codicioso, ignora el mundo animal, actúa según patrones mentales inferiores o difunde energías negativas, produce con su mente y no siente empatía por sus semejantes. a su vez tiene un cociente emocional bastante bajo. No ha aprendido que está mal dañar a otras personas, que el principio básico del universo se basa en la armonía, el amor y el equilibrio (Ley Universal: El principio de armonía o equilibrio). Sin embargo, no todas las personas tienen un cociente emocional fijo, porque con la ayuda de esta poderosa herramienta las personas pueden expandir su propia conciencia y cambiar sus propios puntos de vista morales. Ambos cocientes juntos forman el cociente espiritual/mental.
¡Las creencias negativas a menudo obstaculizan la creación de una vida positiva y reducen el desarrollo de nuestro propio intelecto mental!
Este cociente se compone de EQ e IQ, pero no tiene un valor fijo, se puede incrementar en cualquier momento. Esto lo logramos comprendiendo nuevamente las conexiones espirituales y psicológicas básicas, tomando conciencia del poder de nuestro propio estado de conciencia y despojándonos de nuestras propias creencias negativas. Una de ellas sería pensar que otras personas son mejores, más inteligentes, más importantes o más valiosas que uno mismo. Pero esto es sólo una falacia, una creencia autoimpuesta que tiene una influencia negativa en tu vida y comportamiento. Como cualquier otro ser humano, eres creador de tu propia vida, creador de tu propia realidad.
¡¡Cada vida es valiosa, poderosa y puede cambiar/expandir el estado colectivo de conciencia solo con la ayuda de su imaginación mental...!!
Este solo hecho debería hacerte darte cuenta de lo poderoso y especial que eres. Por eso, nunca dejes que nadie te diga que eres peor o más incompetente que ellos, porque ese no es el caso. Vale, a estas alturas tengo que mencionar que siempre eres lo que piensas, aquello de lo que estás completamente convencido. Tus propias creencias dan forma a tu propia realidad. Si estás convencido de que eres peor que los demás, entonces quizás no lo seas ante los ojos de los demás, sino ante tus propios ojos. El mundo no es como es, sino como tú eres. Afortunadamente, puedes elegir por ti mismo desde qué estado de conciencia ves la vida y si legitimas las creencias negativas o positivas en tu propia mente. Simplemente depende de ti y del uso de tu conciencia. Teniendo esto en cuenta, mantente saludable, feliz y vive una vida en armonía.