El pasado de una persona ejerce una enorme influencia en su propia realidad. Nuestra propia conciencia diaria está constantemente influenciada por pensamientos que están profundamente anclados en nuestro propio subconsciente y que simplemente esperan ser liberados por nosotros, los humanos. A menudo se trata de miedos no resueltos, enredos kármicos, momentos de nuestras vidas pasadas que hemos reprimido previamente y, por lo tanto, a los que nos enfrentamos constantemente de alguna manera. Estos pensamientos no redimidos tienen una influencia negativa en nuestra propia frecuencia vibratoria y cargan repetidamente nuestra propia psique. En este contexto, nuestra propia realidad surge de nuestra propia conciencia. Cuanto más equipaje kármico o problemas mentales llevemos con nosotros, o más bien cuantos más pensamientos no resueltos estén anclados en nuestro subconsciente, más negativamente se verá influenciada la creación/formación/cambio de nuestra propia realidad.
Los efectos del propio pasado
A este respecto, en nuestro subconsciente se encuentran anclados una gran variedad de procesos de pensamiento. A la gente suele gustarle hablar de la llamada programación o condicionamiento. En este sentido, la programación ancla diversas creencias, convicciones y pensamientos autoimpuestos. Pensamientos negativos que influyen significativamente en los acontecimientos de nuestra propia vida. Esta programación negativa permanece latente en nuestro subconsciente e influye continuamente en nuestro propio comportamiento. La mayoría de las veces incluso nos roban nuestra propia paz y aseguran que dirijamos nuestro propio enfoque no hacia la creación de un nuevo estado de conciencia orientado positivamente, sino más bien hacia la continuación del estado de conciencia actualmente existente y orientado negativamente. Nos resulta difícil salir de nuestra propia zona de confort, aceptar cosas nuevas y dejar atrás las viejas. En cambio, nos dejamos guiar por nuestra propia programación negativa y creamos una vida que, en última instancia, no se corresponde con nuestras propias ideas. Por esta razón, es importante que volvamos a lidiar con nuestra propia programación negativa y la disolvamos nuevamente. Este proceso es incluso esencial para crear un estado de conciencia orientado positivamente. Para poder hacer esto, es importante comprender algunas cosas básicas sobre nuestro propio pasado.
El pasado y el futuro son construcciones exclusivamente mentales. Ambos existen sólo en nuestros pensamientos. Sin embargo, ambos tiempos no existen. ¡¡Lo único que existe permanentemente es el poder del presente!!
Una idea importante, por ejemplo, sería que nuestro pasado ya no existe. Con demasiada frecuencia, los humanos nos dejamos dominar por nuestro propio pasado e ignoramos el hecho de que nuestro pasado o el pasado en general ya no existe, sólo en nuestra propia línea de pensamiento. Pero lo que vivimos cada día no es el pasado, sino el presente.
Todo sucede en el presente. Por ejemplo, los eventos futuros se crean en el presente, los eventos pasados también sucedieron en el presente...!!
Lo que pasó en el “pasado” pasó en el presente y lo que pasará en el futuro, por ejemplo, también está pasando en el presente. Para poder volver a participar activamente en la vida, para volver a ser un creador CONSCIENTE de su propia realidad, es importante centrarse en este momento presente (el presente, un momento en eterna expansión que siempre ha existido, es y será). . Tan pronto como nos perdemos en problemas mentales, por ejemplo pensando en momentos pasados, momentos que nos hacen sentir culpables, nos quedamos estancados en el pasado que nosotros mismos creamos, pero perdemos la oportunidad de sacar fuerzas activamente del momento presente. Por este motivo, es muy recomendable sumarse a la corriente del presente. Acepta tu pasado, reconoce tus propias cargas autoimpuestas y recrea una vida completamente en línea con tus ideas. Teniendo esto en cuenta, mantente saludable, feliz y vive una vida en armonía.