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El agua es un componente básico de la vida y, como todo lo que existe, tiene conciencia. Aparte de eso, el agua tiene otra propiedad muy especial: el agua tiene una capacidad única para recordar. El agua reacciona a diversos procesos burdos y sutiles y cambia su propia naturaleza estructural dependiendo del flujo de información. Esta propiedad hace del agua una sustancia viva muy especial y por este motivo conviene asegurarse de que La capacidad de memoria del agua sólo se “alimenta” con valores positivos.

La memoria del agua.

La capacidad del agua para recordar fue descubierta por primera vez por el científico japonés Dr. Masaru Emoto lo descubrió y lo demostró. En más de diez mil experimentos, Emoto ha descubierto que el agua reacciona a los sentimientos y sensaciones y luego cambia sus propias propiedades estructurales. Emoto ilustró el agua estructuralmente cambiada en forma de cristales de agua congelada fotografiados.

Memoria del aguaEmoto notó que sus propios pensamientos cambiaron enormemente la estructura de estos cristales de agua. Durante estos experimentos, pensamientos, emociones y palabras positivas aseguraron que los cristales de agua adquirieran una forma natural y fascinante. Las sensaciones negativas a su vez dañaban la estructura del agua y el resultado eran cristales de agua antinaturales o deformados y antiestéticos. Emoto demostró que puedes influir significativamente en la calidad del agua con el poder de tus pensamientos.

¡No es sólo el agua la que responde a las sensaciones!

Como toda materia, cada planta, cada organismo tiene conciencia, todo lo que existe reacciona a los pensamientos y sensaciones. Un experimento similar se ha probado varias veces en plantas. Se cultivaron dos plantas exactamente en las mismas condiciones. La única diferencia era que una planta se alimentaba con emociones positivas y la otra con emociones negativas todos los días.

Influir en las plantas con pensamientos.A una planta le decían “te amo” y a la otra “te odio” todos los días. La planta con el mensaje positivo creció y prosperó espléndidamente y la otra planta murió al poco tiempo. Lo mismo ocurre con todo en la vida. Todo lo que existe responde a la energía del pensamiento. El mismo principio también puede aplicarse a los humanos. Cada criatura que existe necesita amor para vivir y, en consecuencia, debemos mostrar a nuestros semejantes amor en lugar de odio y cosas por el estilo. Federico II de Hohenstaufen llevó a cabo un experimento similar (el experimento cruel de Kaspar Hauser) en el siglo XI. Los bebés fueron separados de sus madres después del nacimiento y luego completamente aislados.

Los bebés apenas tuvieron contacto humano y sólo fueron alimentados y bañados. En este experimento, no se habló a los bebés para saber si existía un idioma original que aprenderían de forma natural. Al poco tiempo los bebés murieron y se descubrió que los bebés no pueden vivir sin amor. Lo mismo se aplica a todos los seres vivientes. Sin amor nos marchitamos y perecemos.

La calidad del agua es crucial

Volviendo al agua, dado que el agua es muy sensible a los pensamientos, deberíamos intentar que nuestros propios pensamientos y nuestra gama de sensaciones sean más positivos. Dado que nuestro organismo se compone de un 50 a un 80% de agua (el porcentaje depende de la edad, los niños pequeños tienen un balance hídrico significativamente mayor que las personas mayores), debemos mantener siempre el agua de este cuerpo en buenas condiciones y con positividad. Los pensamientos y patrones de comportamiento negativos destruyen la naturaleza del agua y por tanto los valores negativos como el odio, la envidia, los celos, la avaricia, etc. reducen enormemente la funcionalidad física.

¿Por qué debería envenenarme a mí mismo y a mi entorno social con comportamientos y patrones de pensamiento negativos cuando, gracias a mis habilidades creativas, puedo crear un entorno natural y saludable a través de pensamientos y acciones positivas? Teniendo esto en cuenta, mantente saludable, feliz y vive tu vida en paz y armonía.

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