Todo lo que existe tiene un estado de frecuencia individual, es decir, también se podría hablar de una radiación completamente única, que a su vez es percibida por cada persona, dependiendo de su propio estado de frecuencia (estado de conciencia, percepción, etc.). Los lugares, los objetos, nuestras propias habitaciones, las estaciones o incluso todos los días también tienen un estado de frecuencia individual. Lo mismo se puede aplicar también a los momentos del día, que también tienen un estado de ánimo básico correspondiente.
Crea una buena base para la mañana siguiente.
El ambiente nocturno es completamente diferente al de la mañana. En este contexto, personalmente me gustan mucho ambos “momentos del día”, aunque debo admitir que la noche en particular tiene algo relajante, e incluso algo místico, para mí. Por supuesto, la noche representa el polo opuesto al resto del día (luz/oscuridad - ley de polaridad) y es ideal para retirarse, relajarse, recargar pilas, entregarse a la paz y, si es necesario, reflexionar sobre uno mismo. Sin embargo, no siempre se utiliza la tarde o la noche para esto. En cambio, en el mundo actual sucede a menudo que nos centramos en circunstancias de la vida discordantes (construcciones de pensamiento discordantes) por la noche o incluso antes de acostarnos. En lugar de disfrutar el momento, estar en el ahora o quizás considerar los aspectos positivos del día o incluso de nuestra propia vida, es posible que sigamos preocupados. Podemos temer el día que nos espera (debido a actividades desagradables u otros desafíos), temer que nos suceda algo o que nos sucedan cosas malas debido a un estado de conciencia destructivo momentáneo. Del mismo modo, el propio enfoque a menudo se desplaza hacia la carencia en lugar de la abundancia. Sin embargo, al final del día, esto puede reducir nuestra calidad del sueño y sentar las bases para la experiencia de una mañana que no es de nuestro agrado. Pero como en el artículo: “El poder de la rutina nocturna“ explica, nuestro propio subconsciente es muy receptivo, especialmente por la mañana y tarde por la noche (antes de acostarse) y, por lo tanto, es más fácil de programar que de costumbre. Si tenemos una actitud negativa por la noche o poco antes de acostarnos (incluso unas horas antes), nos perdemos en preocupaciones y miedos, e incluso nos entregamos de antemano a circunstancias/condiciones discordantes, entonces esto es simplemente contraproducente por naturaleza y no sólo prepara el escenario para un sueño reparador, sino también para, permítanme decirlo, un comienzo del día más aburrido (el sueño debe servir a nuestra propia recuperación y a nuestro crecimiento espiritual).
Serás mañana lo que piensas hoy. – ¡¡Buda..!!
Dado que nuestras propias habitaciones también tienen una frecuencia/caracterización individual, un caos correspondiente, que por un lado hace que la radiación sea más inarmónica y por otro nos hace sentir peor, puede contribuir a un estado de ánimo o incluso a un caos mental (las habitaciones caóticas o incluso antihigiénicas siempre reflejan nuestro propio caos). estado interior: transferimos nuestro mundo interior al mundo exterior). Es por eso que adoptar una rutina nocturna relajante puede resultar muy enriquecedor. Por ejemplo, podrías meditar media hora/hora antes de acostarte, o podrías tener presente todas las cosas positivas que has experimentado en tu vida, o incluso ese día. Por otro lado, también podrías pensar en tus propios objetivos (sueños) e imaginar mentalmente cómo puedes lograr que se manifiesten en los próximos días. De lo contrario, también sería aconsejable dejar total tranquilidad por la noche. Por ejemplo, podría salir a la naturaleza o al aire libre y escuchar el ambiente nocturno. En definitiva, existen innumerables opciones que puedes aprovechar. Cuando caminé un rato afuera, me di cuenta de lo agradable y relajante que puede ser la noche y, sobre todo, de lo reconfortante que es esta sensación. Pues en definitiva puede resultar muy inspirador si adoptamos un determinado ritual nocturno agradable o si en general disfrutamos de los momentos previos a acostarnos.
Cada mañana nacemos de nuevo. Lo que hacemos hoy es lo más importante. – ¡¡Buda..!!
Y en lugar de mirar críticamente el día siguiente, podríamos verlo como una nueva oportunidad. Una oportunidad de dar a nuestra vida un nuevo esplendor, porque cada nuevo día se nos presentan infinitas posibilidades y por lo tanto podemos (al menos si no estamos satisfechos con nuestra vida actual) sentar las bases de una nueva vida. Bueno, por último, pero no menos importante, también debemos recordar una cosa: el pensamiento o sentimiento con el que nos quedamos dormidos siempre experimenta un “fortalecimiento” y también una manifestación más pronunciada en nuestro subconsciente. Por este motivo, muchas personas suelen despertarse con la misma sensación (pensamiento) que tuvieron al irse a dormir. Teniendo esto en cuenta, mantente saludable, feliz y vive una vida en armonía.