Cada persona tiene su propia mente, una compleja interacción de conciencia y subconsciencia de la que surge nuestra realidad actual. Nuestra conciencia es crucial para dar forma a nuestras propias vidas. Sólo con la ayuda de nuestra conciencia y los procesos de pensamiento que surgen de ella es posible crear una vida que corresponda a nuestras propias ideas. En este contexto, tu propia imaginación mental es crucial para la realización de tus propios pensamientos a nivel "material". Sólo a través de nuestra propia imaginación mental podemos realizar acciones, crear situaciones o planificar futuras situaciones de la vida.
El espíritu gobierna la materia
Sin pensamientos esto no sería posible, entonces no serías capaz de decidir conscientemente un camino en la vida, no serías capaz de imaginar cosas y como resultado no serías capaz de planificar situaciones con antelación. Exactamente de la misma manera, no podrías cambiar o reformar tu propia realidad. Sólo con la ayuda de nuestros pensamientos esto es posible nuevamente - aparte del hecho de que sin pensamientos o conciencia uno no crearía/poseería su propia realidad, entonces no existiría en absoluto (toda vida o todo lo que existe surge de la conciencia, por ejemplo). por esta razón la conciencia o espíritu es también el origen de nuestra vida). En este contexto, toda tu vida es también sólo un producto de tu propia imaginación mental, una proyección inmaterial de tu propio estado de conciencia. Por este motivo, también es importante prestar atención al alineamiento de nuestro propio estado de conciencia. Una vida positiva sólo puede surgir de un espectro positivo de pensamientos. Respecto a esto, también hay un hermoso dicho del Talmud: Presta atención a tus pensamientos, porque se convierten en palabras. Cuida tus palabras, porque se convierten en acciones. Presta atención a tus acciones porque se convierten en hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convierten en tu carácter. Cuida tu carácter, porque se convierte en tu destino. Bueno, dado que los pensamientos tienen un potencial tan poderoso para cambiar nuestras propias vidas, posteriormente también influyen en nuestros propios cuerpos. En este sentido, nuestros pensamientos son los principales responsables de nuestra propia constitución física y psicológica. Un espectro de pensamientos negativos debilita nuestro propio cuerpo sutil, lo que posteriormente ejerce presión sobre nuestro propio sistema inmunológico. Un espectro de pensamiento positivo a su vez mejora la calidad de nuestro propio cuerpo sutil, el resultado es un cuerpo físico que no tiene que procesar impurezas energéticas.
La calidad de nuestra vida depende en gran medida de la orientación de nuestro propio estado de conciencia. ¡¡Es un espíritu positivo del que sólo puede surgir una realidad positiva..!!
Además, una orientación positiva de nuestro propio estado de conciencia garantiza que, como seres humanos, en general seamos más alegres, más felices y, sobre todo, más activos. En última instancia, esto también tiene que ver con el cambio en nuestra propia bioquímica. En este sentido, nuestros pensamientos también tienen una enorme influencia en nuestro ADN y, en general, en los propios procesos bioquímicos de nuestro organismo. Este cambio e influencia se analizan explícitamente en el siguiente video breve vinculado a continuación. El biólogo y autor alemán Ulrich Warnke explica la interacción entre mente y cuerpo y explica de forma sencilla por qué nuestros pensamientos influyen en el mundo material. Un vídeo que definitivamente deberías ver. 🙂