Desde hace varios años, el conocimiento sobre nuestros propios orígenes se está extendiendo por todo el mundo como la pólvora. Cada vez más personas se dan cuenta de que ellos mismos no representan un ser puramente material (es decir, son cuerpos), sino que son seres mucho más espirituales/mentales que a su vez gobiernan la materia, es decir, su propio cuerpo, e influyen significativamente en él con sus pensamientos/seres espirituales Las emociones pueden influir, incluso deteriorar o incluso consolidar (nuestras células reaccionan a nuestra mente). Como resultado, esta nueva percepción da como resultado una confianza en uno mismo completamente nueva y nos lleva a los humanos de regreso a alturas impresionantes. De esta manera, nos damos cuenta de que no sólo somos seres únicos y muy poderosos, sino que podemos usar nuestra mente para crear una vida que esté completamente en línea con nuestras propias ideas.
El pilar de nuestras vidas
Toda la vida de una persona es producto de su propia mente, razón por la cual el mundo externo es meramente una proyección mental/espiritual de su propio estado de conciencia. Al mismo tiempo, el espíritu o la conciencia también representa nuestro propio origen y es la razón por la que existe la vida en primer lugar. En última instancia, toda la existencia es una expresión de un gran espíritu omnipresente, es decir, una conciencia difícil de captar, de la que todo surgió o, mejor dicho, de la que todo se manifestó. En este contexto, el mundo tal como lo conocemos, todo lo que podemos ver, es una expresión de este gran espíritu global, razón por la cual podemos ver manifestaciones divinas en todas partes del mundo (el mundo mismo es una manifestación de esta fuente divina). Ya sean los humanos, los animales, la naturaleza o incluso el universo, todo es una expresión divina, una manifestación de estructuras mentales. A su vez, sólo percibimos la materia como un estado sólido y rígido porque hemos "olvidado" el conocimiento sobre nuestra causa original y en cambio nos identificamos con la materia o estados tridimensionales y no podemos reconocer ningún trasfondo energético/espiritual en la materia. Sin embargo, la materia no es más que energía, concretamente incluso un estado energético, que a su vez tiene una baja frecuencia.
La creación misma es de naturaleza mental/espiritual/inmaterial/energética. Por esta razón, no se puede entender a Dios si lo miramos desde una perspectiva tridimensional orientada materialmente. ¡¡El pensamiento de 3 dimensiones/material sutil es mucho más importante aquí...!!
Así que también se podría hablar de un estado de baja frecuencia o de un estado energético denso, “energía condensada/condensada”, por así decirlo. Por esta razón, a menudo se hace referencia a la materia, o más bien a su núcleo, como un tejido inteligente al que le da forma un espíritu creativo inteligente.
La energía siempre sigue a la atención.
Ahora, gracias a nuestra propia existencia espiritual, los humanos podemos volver a tomar el control de nuestra vida, podemos convertirnos en los diseñadores de nuestro propio destino en lugar de dejarnos dominar por un supuesto destino. De esta manera podemos crear nuestros propios mundos personales, podemos expandir nuestras vidas en la dirección que queramos, podemos crear lo que queremos crear, podemos vivir donde queremos vivir y podemos construir lo que queremos pero siempre hemos soñado. de. Para ello, simplemente tenemos que volver a utilizar nuestro propio enfoque, es decir, tenemos que dirigir nuestra atención a lo que queremos crear. En este sentido, también es importante comprender que la energía siempre sigue a la atención, o más bien a nuestra atención. Aquello en lo que te concentras, es decir, tu atención o, en otras palabras, tu mente, prospera y se vuelve más grande, más tangible, más realizable en su estructura. Por ejemplo, si desea desarrollar un cuerpo tonificado, entonces no tiene sentido concentrarse en las golosinas o incluso cambiar su atención a un esfuerzo que aparentemente no puede manejar. En lugar de ello, debes centrarte en un cuerpo bien entrenado, lo que significa que podrás invertir toda tu energía en este objetivo. Por supuesto, tal tarea no siempre es fácil en el mundo actual, simplemente porque de alguna manera hemos olvidado cómo concentrar toda nuestra atención en una cosa durante un largo período de tiempo, especialmente si esto implica mayores obstáculos, es decir, el esfuerzo está vinculado.
Con la ayuda de nuestra propia atención, podemos volver a crear una vida que corresponda a nuestras propias ideas. En última instancia, es importante que volvamos a centrarnos en lo que es importante. En lugar de centrarnos en las circunstancias negativas, deberíamos usar nuestra energía mucho más para crear circunstancias positivas..!!
Sin embargo, nuestro propio enfoque es extremadamente importante cuando se trata de dar forma a nuevas fases de la vida. En este contexto, siempre hay que tener en cuenta que nuestra propia concentración puede conducir rápidamente a cosas negativas sin querer. Por ejemplo, si sigues centrándote en las carencias, en las deudas, en lo que no tienes, en lo que te falta, en lo que te causa tristeza, entonces tu tristeza y tu carencia sólo aumentarán, simplemente desaparecerán. La razón es que tú luego permita que la deficiencia correspondiente crezca agregando energía. Tu energía siempre sigue tu atención y permite que aquello en lo que te concentras emerja/prospere. Por lo tanto, una mentalidad de escasez crea más escasez y una mentalidad de abundancia crea más abundancia.
Debido a la ley de la resonancia, siempre atraemos a nuestra vida lo que corresponde a nuestro propio carisma, es decir, nuestro pensamiento y nuestras creencias. Cualquier cosa en la que nos enfoquemos es fortalecida + atraída por nuestra mente, una ley irreversible..!!
Siempre atraes a tu vida aquello en lo que te concentras, lo que eres, lo que piensas y lo que irradias. Por eso, después de una discusión, cuanto más te concentres en el enojo, más enojado te sentirás. Luego alimentas la ira con tu energía y la dejas prosperar. En última instancia, siempre debemos cambiar cuidadosamente nuestro propio enfoque, asegurándonos de que con nuestra atención permitamos que florezcan condiciones armoniosas, en lugar de discordantes, y que creemos una vida que corresponda a nuestras propias ideas. Sólo depende de nuestro propio carisma, el uso de nuestra mente y, sobre todo, de la distribución de nuestro enfoque. Teniendo esto en cuenta, mantente saludable, feliz y vive una vida en armonía.
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