Cada ser humano es Creador de su propia realidad, una de las razones por las que a menudo uno tiene la sensación de que el universo o la vida en su conjunto gira alrededor de uno mismo. De hecho, al final del día, parece que eres el centro del universo según tu propio pensamiento/base creativa. Usted mismo es el creador de sus propias circunstancias y puede determinar el curso posterior de su propia vida basándose en su propio espectro intelectual. Cada ser humano es, en última instancia, sólo una expresión de una convergencia divina, una fuente energética y por eso encarna la fuente misma. Tú mismo eres la fuente, te expresas a través de esta fuente y gracias a esta fuente espiritual omnipresente, puedes convertirte en dueño de tus circunstancias externas.
Tu realidad es, en última instancia, un reflejo de tu estado interior.
Dado que nosotros mismos somos creadores de nuestra propia realidad, somos al mismo tiempo creadores de nuestras propias circunstancias internas y externas. Tu realidad es simplemente un reflejo de tu estado interior y viceversa. Lo que tú mismo piensas y sientes, aquello de lo que estás completamente convencido o lo que corresponde a tus creencias internas, a tu visión del mundo, siempre se manifiesta en este contexto como verdad en tu propia realidad. Tu percepción personal del mundo/en el mundo es un reflejo de tu estado mental/emocional interno. En consecuencia, también existe una ley universal que ilustra mejor este principio, a saber, que ley de correspondencia. En pocas palabras, esta ley universal establece que toda la existencia de uno es, en última instancia, producto de sus pensamientos. Todo corresponde a tus propios pensamientos, tus propias convicciones y creencias. Tus propios sentimientos mentales y emocionales son responsables de la perspectiva desde la cual miras tu mundo. Por ejemplo, si estás de mal humor, no estás de buen humor emocionalmente, entonces mirarás tu mundo exterior desde este estado de ánimo/sensación negativa. Las personas con las que entrarás en contacto a lo largo del día, o más bien los acontecimientos que ocurrirían en tu vida más tarde durante el día, serían entonces de una naturaleza más negativa o preferirías ver un origen negativo en estos acontecimientos.
No ves el mundo como es, sino como eres..!!
De lo contrario, aquí hay otro ejemplo: imagine una persona que cree firmemente que todas las demás personas son desagradables con ella. Debido a esta sensación interna, esa persona miraría su mundo exterior desde ese sentimiento. Como entonces está firmemente convencido de ello, ya no busca en los demás la amistad, sino sólo la hostilidad (sólo ves lo que quieres ver). Por tanto, nuestra propia actitud es decisiva para lo que nos sucede personalmente en la vida. Si alguien se levanta por la mañana y piensa que el día va a ser malo, lo más probable es que así sea.
La energía siempre atrae energía de la misma frecuencia en la que vibra..!!
No porque el día en sí sea malo, sino porque la persona equipara el día siguiente con un mal día y, en la mayoría de los casos, sólo quiere ver lo malo de ese día. Porque ley de resonancia (La energía siempre atrae energía de la misma intensidad, de la misma naturaleza estructural, de la misma frecuencia a la que vibra) entonces uno resonaría mentalmente con algo que es de naturaleza negativa. En consecuencia, ese día sólo atraerías a tu vida cosas que serían desventajosas para ti. El universo siempre reacciona a tus propios pensamientos y te presenta lo que corresponde a tu resonancia mental. La falta de pensamiento crea más carencia y alguien que resuena mentalmente con la abundancia atrae más abundancia a sus propias vidas.
El caos externo es, en última instancia, sólo producto del desequilibrio interno.
Este principio también se aplica perfectamente a circunstancias externas caóticas. Por ejemplo, cuando una persona se siente deprimida, deprimida, deprimida o, en general, con un desequilibrio mental severo y, como resultado, no tiene la energía para mantener su hogar en orden, su estado interior se traslada al mundo exterior. Las circunstancias exteriores, el mundo exterior, se adaptan a su estado interior desequilibrado con el tiempo. Al poco tiempo, automáticamente se enfrentaría a un trastorno iniciado por él mismo. Por el contrario, si volviera a crear un entorno más agradable, esto también se notaría en su mundo interior, donde se sentiría más cómodo en su hogar. Por otro lado, eliminaría automáticamente su caótica circunstancia espacial si se corrigiera su desequilibrio interior. La persona en cuestión no se sentiría deprimida, sino feliz, llena de vida, contenta y tendría tanta energía vital disponible que automáticamente volvería a ordenar su apartamento. Por lo tanto, el cambio siempre comienza dentro de uno mismo: si uno cambia, también cambia todo su entorno.
La contaminación externa es sólo un reflejo de la contaminación interna..!!
En este contexto hay una cita apasionante y sobre todo verdadera de Eckhart Tolle sobre la caótica situación planetaria actual: "La contaminación del planeta es sólo el reflejo exterior de una contaminación psíquica interior, un espejo para millones de seres inconscientes. personas que no se responsabilizan de su espacio interior". En este sentido mantente sano, feliz y vive una vida en armonía.