El mundo exterior es sólo un espejo del propio estado interior. Esta simple frase describe básicamente un principio universal, una importante ley universal que guía y da forma subliminalmente a la vida de cada persona. El principio universal de correspondencia es uno de ellos. 7 leyes universales, las llamadas leyes cósmicas que afectan nuestras vidas en cualquier momento y en cualquier lugar. El principio de correspondencia nos muestra de forma sencilla nuestra vida diaria y, sobre todo, la frecuencia de nuestro propio estado de conciencia. Todo lo que experimentas en tu vida, lo que percibes, lo que sientes, tu propio estado interior siempre se refleja en el mundo exterior. No ves el mundo como es, sino como eres.
Espejo de tu mundo interior
Porque eres el creador de tu propia realidad por tu propia mente, eres el creador de tu propio mundo, también miras el mundo desde un estado de conciencia individual. Tus propias emociones fluyen en esta consideración. Por ejemplo, la forma en que te sientes contigo mismo es exactamente cómo experimentarás el mundo exterior. Por ejemplo, alguien que está de mal humor y es fundamentalmente pesimista verá el mundo exterior desde este estado de conciencia negativo y, como resultado, sólo atraerá a su propia vida más cosas que son fundamentalmente de origen negativo. Luego, tu propio estado espiritual interno se transfiere al mundo externo y luego recibes lo que envías. Otro ejemplo sería alguien que no se siente equilibrado internamente y tiene un estado mental desequilibrado. Tan pronto como esto sucediera, el propio caos interior se trasladaría al mundo exterior, el resultado sería una situación de vida caótica y habitaciones desordenadas. Pero si luego te aseguras de sentirte mejor, de que en general estás más alegre, más feliz, más satisfecho, etc., entonces el estado interior mejorado se transferirá al mundo exterior y el caos autoimpuesto se eliminará. Debido a la energía vital recién adquirida, ya no podrías soportar este caos y automáticamente harías algo al respecto. El mundo exterior se adapta entonces de nuevo a tu estado interior. Por este motivo, eres responsable de tu propia felicidad.
La buena suerte y la mala suerte no existen en este sentido, no son producto del azar, sino que son resultado de tu propio estado de conciencia..!!
En este contexto, la buena y la mala suerte son sólo producto de nuestra propia imaginación mental y no resultado del azar. Por ejemplo, si te sucede algo malo, si experimentas algo externo que no parece ser bueno para tu bienestar, entonces sólo tú eres responsable de esta situación. Aparte del hecho de que eres responsable de tus propios sentimientos, por lo que puedes elegir hasta qué punto te permites ser herido o incluso sentirte mal, todos los acontecimientos de la vida son sólo el resultado de tu estado de conciencia.
Sólo a través de una realineación positiva de nuestro estado de conciencia podemos crear un mundo externo que nos regale más eventos positivos en la vida..!!
Por lo tanto, la alineación de su estado de conciencia es esencial. Las situaciones malas o negativas, situaciones que se asocian con carencias, miedos, etc., son a su vez el resultado de un estado de conciencia orientado negativamente. Un estado de conciencia que resuena con la carencia. Debido a este sentimiento interior negativo, sólo atraemos a nuestra vida eventos que corresponden a la misma frecuencia vibratoria baja. No traes a tu vida lo que quieres, sino lo que eres e irradias. Como en el interior, así en el exterior, como en lo pequeño, así en lo grande. Teniendo esto en cuenta, mantente saludable, feliz y vive una vida en armonía.