Todo el mundo exterior es producto de tu propia mente. Todo lo que percibes, lo que ves, lo que sientes, lo que puedes ver es, por tanto, una proyección inmaterial de tu propio estado de conciencia. Eres el creador de tu vida, de tu propia realidad y creas tu propia vida usando tu propia imaginación mental. El mundo exterior actúa como un espejo que nos muestra constantemente nuestro propio estado anímico y mental. Este principio del espejo, en última instancia, sirve a nuestro propio desarrollo espiritual y tiene como objetivo mantenernos conscientes de nuestra propia falta de conexión espiritual/divina, especialmente en momentos críticos. Si tenemos una orientación negativa en nuestro propio estado de conciencia y miramos la vida desde una perspectiva negativa, por ejemplo cuando estamos enojados, llenos de odio o incluso profundamente insatisfechos, entonces esta inconsistencia interna simplemente refleja nuestra propia falta de amor propio.
espejo de la vida
Por esta razón, los juicios suelen ser sólo juicios de uno mismo. Dado que el mundo entero es producto de tu propia mente y todo surge de tus pensamientos, tu realidad, tu vida, incluso al final del día, se trata sólo de tu desarrollo emocional y espiritual personal (no en el sentido narcisista o egoísta). ), los juicios demuestran de forma sencilla un rechazo de los propios aspectos del ser. Por ejemplo, si dices algo como: "Odio el mundo" o "Odio a todas las demás personas", esto simplemente significa que en esos momentos te odias a ti mismo y no te amas. Uno simplemente no funciona sin el otro. Una persona que se ama completamente a sí misma, es feliz, está satisfecha consigo misma y tiene equilibrio mental, no odiaría a los demás ni siquiera al mundo, sino que, por el contrario, experimentaría la vida y el mundo. un estado positivo de conciencia y siempre ver lo positivo como un todo. Entonces no sentirías odio por otras personas, sino más bien comprensión y empatía por la vida de otras personas. Como en el interior, así en el exterior, como en lo pequeño, así en lo grande, como en el microcosmos, así en el macrocosmos. Tu propio estado mental siempre se transfiere al mundo exterior. Si no estás satisfecho y no te aceptas a ti mismo, siempre transferirás este sentimiento al mundo exterior y mirarás el mundo desde este sentimiento. Como resultado, sólo obtendrás un “mundo negativo” o más bien condiciones de vida negativas. Siempre atraes lo que eres y lo que irradias a tu propia vida. Por eso no ves el mundo como es, sino como eres.
El propio estado interior siempre se traslada al mundo exterior y viceversa, una ley ineludible, un principio universal que nos sirve de espejo..!!
Si te odias a ti mismo, odias a quienes te rodean, si te amas, amas a quienes te rodean, un principio simple. El odio que transfieres a otras personas proviene de tu propio estado interior y al final del día es sólo un grito de amor o un grito de amor propio. Así es como las condiciones de vida caóticas o las propias habitaciones desordenadas reflejan un desequilibrio interior. El caos interno que tú mismo has creado se transfiere al mundo externo.
Todos tus sentimientos internos siempre se transfieren al mundo externo. Siempre atraes a tu vida lo que eres y lo que irradias. Una mente positiva atrae circunstancias positivas, una mente negativa atrae circunstancias negativas..!!
Un equilibrio interior, un sistema cuerpo/mente/espíritu que esté en armonía, conduciría a su vez a mantener tu vida en orden. El caos no surgiría; por el contrario, las condiciones de vida caóticas se eliminarían directamente y se tomaría cuidado directo para garantizar que el entorno inmediato estuviera en orden. Entonces su propio equilibrio interior se transferirá al mundo exterior de forma positiva. Por eso también es recomendable que prestes atención a las situaciones de tu propia vida diaria, porque todo lo que te pasa, todo lo que te pasa y, sobre todo, todo lo que vives al final sólo sirve como espejo y mantiene tu estado interior. frente a ti. Teniendo esto en cuenta, mantente saludable, feliz y vive una vida en armonía.